Masificación del uso de smartphones y tablets, comercio electrónico, servicios en la nube, internet de las cosas, televisión interactiva, televisión 4K. De muchos de estos servicios ya se ha hablado en este blog. La revolución digital continúa al mismo tiempo que evoluciona la sociedad y para prestar los servicios que ésta demanda cada vez son necesarias redes de transporte y de acceso de mayor capacidad que soporten estos servicios de valor añadido de nueva generación.
El cable de cobre, el medio portador que durante décadas ha permitido el despliegue de las redes de acceso de banda ancha (asumiendo que el concepto de banda ancha es cambiante con el tiempo, porque al fin y al cabo hace diez años un megabit por segundo era banda ancha) seguirá activo en algunas zonas, probablemente en las menos densamente pobladas, pero llega a su fin de vida tecnológico al alcanzar el límite de su capacidad. La tecnología satélite no provee grandes anchos de banda y la alta latencia es inasumible para ciertos servicios. El medio radioeléctrico terrestre posibilita la prestación de líneas dedicadas a clientes mediante radioenlace, así como el despliegue de redes de acceso de nueva generación como 5G, que llegarán en los próximos años. No obstante, en el escenario de las redes de nueva generación, su uso como solución de transporte de alta capacidad en distancias superiores al orden de decenas de kilómetros queda limitado por la escasez del espectro radioeléctrico disponible en las bandas de frecuencia en las que los radioenlaces deben ser implementados. Aunque cada escenario deberá ser analizado, serán las redes basadas en fibra óptica las que permitirán satisfacer las necesidades del operador para dar respuesta a la demanda de sus clientes. En el ámbito de las redes de acceso, según datos publicados por la CNMC elaborada a partir de la información que le remiten los operadores, para el tercer trimestre de 2017, el número de líneas activas FTTH era de 6.080.091, habiendo aumentado desde las 4.431.620 en el transcurso de un año. En el mismo periodo, las líneas xDSL descendieron de 6.593.536 a 5.402.917, mientras que las líneas HFC se mantuvieron en el entorno de las 2.600.000. El avance de la fibra es imparable, pero su despliegue es costoso en recursos, tiempo y dinero.
Por este motivo, analizaremos los diferentes modelos en el mercado español para la prestación de servicios de transporte y de acceso basados en fibra óptica.
El primer modelo sería la contratación de capacidad a los operadores existentes, bien a través de la oferta regulada ORLA o NEBA o a través de ofertas comerciales de operadores terceros. Este modelo es el que menor inversión requiere, sin embargo, es el que mayores costes recurrentes tiene. Normalmente estas ofertas interconectan las sedes cliente objetivo con una central del operador proveedor, para luego conectar la central con la red del operador solicitante. Otra variante sería la conexión de las sedes cliente directamente con la red del operador solicitante. Sobre esta capa de transporte contratada, el operador solicitante crea los servicios que ofrece a los clientes.
El siguiente modelo sería la creación de una red de portadores ópticos sin infraestructura de telecomunicación. Hay dos opciones, la contratación de fibra oscura entre dos puntos o la realización con medios propios del tendido de fibra oscura sobre canalización de operadores terceros, bien a través de la oferta regulada MARCO o través de ofertas comerciales de operadores terceros. Sobre esta red de portadores ópticos es necesario el despliegue de equipamiento para transportar los datos. Esta red de portadores ópticos deberá interconectarse con la red del operador, ya que el objetivo final es prestar servicios finales a los clientes. Este modelo requiere una inversión mayor con unos costes recurrentes menores.
Otro modelo sería la construcción total de toda la red, empezando por la construcción de la canalización o conductos sobre los cuales tender la fibra óptica propia. Este modelo es el que mayor inversión requiere y normalmente sólo se acomete cuando no existe otra alternativa.
La solución final casi siempre pasa por una solución mixta. El primer modelo es el más “sencillo” de acometer, pero es el que mayores costes recurrentes tiene y menor diferencia competitiva ofrece. Siendo realistas con el segundo modelo, no es probable que todas las sedes clientes tengan posibilidad de contratar fibra oscura de un operador tercero, por lo que obliga bien a contratar capacidad con el primer modelo o bien a realizar tendidos de fibra óptica propia sobre canalización existente o de nueva construcción.
Héctor Berna, responsable de Área de Ingeniería de Servicios de Telecomunicaciones e Infraestructuras en AST